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miércoles, 29 de febrero de 2012

ARMENIA: HUELLAS DE UNA CIVILIZACIÓN - Reseña

Evangelio de 1331 con una iluminación de San Mateo, y con el artista Sargis Pitzak
arrodillándose a los pies del evangelista


UN MILENIO DE  CULTURA ESCRITA ARMENIA EN EXHIBICIÓN EN VENECIA



LA CLAVE DE LA SOBREVIVENCIA DE LA CULTURA ARMENIA
por:  Roderick Conway Morris - 23 Febrero 2012

VENECIA – La civilización armenia es una de las más antiguas que aun sobreviven  en el Medio Oriente.  Sin embargo, por largos períodos de su historia Armenia fue una nación sin patria, razón por la cual  le ha dado preponderancia a la palabra, ya sea hablada o escrita, por ser el medio que preservó la identidad armenia y valoró la cultura de su gente.  Con el paso de los siglos el énfasis que los armenios pusieron en la palabra escrita fomentó los libros y su producción.   Por ejemplo: con gran cuidado los escribas adicionaban advertencias sobre la manera correcta de conservar  libros y  en algunos casos, hasta de esconderlos durante tiempos difíciles y peligrosos como también qué tipo de rescate debía pagarse en caso de que cayeran en manos de especuladores.   Un viajero inglés, hacia fines del siglo XIX, observaba cómo los armenios valoraban la imprenta.  Con “afecto y reverencia”  comentaba él,  y comparaba estos cuidados con los que hacían los montañeses persas al valorar un rifle o un arma deportiva.

El primer libro armenio se imprimió en Venecia entre 1511 y 1512 (no se conoce la fecha exacta).  Un evento que fue particularmente significativo para esta nación dispersa que no adquiriría una patria moderna hasta 1918 y, en ese momento, sólo una pequeña parte de las tierras ancestrales.

 “Armenia: Huellas de una civilización” celebra el aniversario de  la primera impresión de un libro armenio.    Gabriella Ulluhogian, Boghos Levon Zekiyan y Vartan Karapetian  organizaron esta importante exhibición con más de 200 trabajos y abarcando más de 1000 años de cultura escrita armenia, desde inscripciones y escritos iluminados hasta libros impresos e ilustrados, entre los que se incluyen muchas  piezas únicas, raras,  de colecciones privadas en Europa y Armenia.
La muestra  abre con las pinturas ambientalistas que datan de 1889 del artista armenio Ivan Aivazovski.  Entre ellas, “El Descenso de Noé del Monte Ararat” de la Galería Nacional en Erevan.   La obra ilustra al patriarca del Antiguo Testamento conduciendo a su familia y una procesión de animales por una llanura, todavía mojada por las decrecientes aguas del Diluvio.  Noé va  camino a repoblar  la Tierra.  En las siguientes secciones de la muestra - escultura, la iglesia Armenia y el Arca - se hace evidente la extraordinaria  fuerza que  ha tenido  el Monte Ararat  en el imaginario armenio.  Las cúpulas cónicas de las iglesias armenias parecerían replicar, eternamente, este rasgo geográfico que simboliza la salvación de la raza humana.

El cristianismo llegó a Armenia en los primeros siglos después de Cristo.  Por lo tanto, Armenia afirma haber sido la primera nación que aceptó la fe como religión de estado, entre 293 y 314 d.C, una fecha que la misma iglesia armenia registró como 301 d.C.   Más tarde, entre 404 y 405 le siguió una iniciativa que se convirtió en una de las piedras angulares de la resistencia étnica armenia: la invención de un alfabeto, distintivo y capaz de transmitir el complejo sistema fonético de su lengua.  Esto hizo posible la traducción de la Biblia y el majestuoso "Evangelio de Trebisonda" que data del siglo X, en exhibición en Venecia, como también la fundación de la literatura armenia en todas sus manifestaciones, sagrada y secular.

El  ímpetu para el desarrollo del arte armenio fue el afán de ilustrar los Evangelios y otros textos cristianos, para lo cual extrajo de inusuales y variadas fuentes, gracias a la posición de este país  en la encrucijada de varias civilizaciones.  Al respecto, escribe Dickran Kouymjian en su ensayo publicado en el amplio y sustancial catálogo de esta exhibición ( disponible en inglés, francés e italiano) que:  “Los artistas armenios se mantuvieron particularmente abiertos a las tendencias artísticas que imperaban en Bizancio, el Occidente Latino, el Cercano Oriente islámico y también el Asia Central y la China.”  

Este suntuoso despliegue de libros de iluminaciones reúne algunos  de los mejores  ejemplares que sobrevivieron del siglo IX al XV.  También es  interesante descubrir que después del advenimiento de la prensa, la tradición iluminista continuó en los monasterios armenios por dos siglos y medio más, mientras que el pináculo del arte de la miniatura armenia tuvo lugar en el siglo XIII, durante el Reino Armenio de Cilicia, que controló una parte importante de Asia Menor (1198-1375) hasta ser finalmente destruido por los Mamelucos de Egipto.

Mercader armenio siglo XVIII
Giovanni Grevenbroch
Los contactos armenios con Venecia se remontan a los tiempos cuando la naciente república de la Laguna no era más que un remoto puesto occidental de Bizancio, y en éste último los armenios ocupaban importantes posiciones administrativas y militares.  Por cierto, se le acredita al gobernador armenio, Narses la introducción, en el siglo VI, del  culto a Teodoro o Todoro, el primer santo patrón de Venecia y se registra a Isaac, el armenio, como el fundador de la antigua basílica Santa María Assunta en la isla de Torcello.

Durante el periodo correspondiente al Reino de Cilicia, los contactos se hicieron más frecuentes.  Los mercaderes venecianos expandían sus actividades en el Levante y sus homólogos armenios buscaban oportunidades en Europa.  En 1235, el noble veneciano Marco Ziani le dejó una casa a la comunidad armenia  en San Zulian, cerca de la Piazza San Marco que se conoció como la Casa Armena estableciendo un punto de contacto para los ya numerosos residentes armenios de Venecia y sus visitantes.  El testamento  escrito en 1354 por María, la armenia, gobernanta de la casa, indica que para ese entonces la comunidad no sólo incluía un creciente número de comerciantes sino también clérigos y un arzobispo, a quien ella le legó tres de sus seis pavos reales.   Años más tarde, y en el mismo sitio, se fundó la iglesia de Santa Croce que hasta el día de hoy es un lugar de culto armenio.   Los testamentos de Marco Ziani y Maria, la Armenia,  se exhiben en Venecia como también una copia, muy valiosa, del primer libro armenio impreso entre 1511-1512, un trabajo religioso titulado  El Libro del Viernes.  Semejante innovación propulsó la instalación de prensas armenias por varias ciudades del mundo.   El fruto de esa acción,  y de lugares tan distantes como Amsterdam, París, Viena y San Petersburgo a Estambul, Isfahan,  Madrás y Singapur, forman parte de la absorbente y última sección de esta exhibición.

En 1715, con el arribo a la laguna del abade Mekhitar y sus monjes,  Venecia recibió un estímulo importante y pasó a convertirse en el centro global de la cultura armenia.  Este visionario, nacido en Sivas (la antigua Sebastia) en Anatolia, pasó un tiempo en Echmiadzin y en Estambul.  Más tarde, llevó la comunidad que había formado a Mehoni, en el Peloponeso,  un lugar conquistado por los venecianos en los años 1680.   Sin embargo, al enfrentar la posibilidad de que los turcos Otomanos recapturaran la ciudad, Mekhitar tomó la decisión de refugiarse en Venecia.  En 1717, a él y sus seguidores les cedieron un contrato de arrendamiento  en la isla de San Lazzaro,  de ahí en adelante su casa matriz.   Bajo la dirección de Mekhitar, San Lazzaro llegó a ser el epicentro de un resurgimiento cultural armenio a nivel global.  La comunidad creó un centro de estudios y una biblioteca, se encargó de imprimir cientos de libros en Venecia y en otros lugares, y estableció una red internacional de escuelas en las que una importante proporción de las elites religiosas y seculares armenias recibieron una educación,  aun en tiempos modernos.
Desde 1843, la Academia Armenia de San Lazzaro publica Bazmavep, una publicación literaria, histórica y científica, y uno de los periódicos  más antiguos de su tipo.  Mientras que el primer diario-revista was Azdara (El Monitor) fundado en Madrás en 1794.

Lord Byron fue el estudiante extranjero más famoso de San Lazzaro.  Aprendió armenio  con el erudito Harutiun Avgerian,  y colaboró con él en la producción de una gramática armenia-inglesa que contenía traducciones del poeta.

Armenia: Huellas de una civilización
Museo Correr, Venecia - hasta el 10 de abril de 2012
Monasterio Mekhitarista de San Lazzaro
Venecia (Italia)

Fuente: The New York Times
Traducción libre del inglés:  Violeta Balián

martes, 21 de febrero de 2012

SIAMANTO - Plegaria a la diosa ANAHID

Siamanto (Atom Yorjanian)
Poeta y mártir armenio (1878-1915)
Tanto en su obra como en su vida, Siamanto (Adom Yarjanian) personifica el ideal del poeta-héroe.   Se lo recuerda como un popular activista y un poeta respetado y aclamado por la crítica.  Nació en Akn  (Armenia Occidental).  Se educó en Estambul y luego en París, en la Facultad de Filosofia de la Sorbona.  Viajó por Suiza, Egipto, Londres, Viena y los Estados Unidos antes de regresar a Estambul.  Dos de sus antologías poéticas  Como un héroe (1902) y La Invitación de la Patria (1903) reflejan su interpretación de las tendencias poéticas europeas hacia finales del siglo XIX.  Su estilo, proclive al encantamiento y la ceremonia,  y  su indignación ante el destino de su pueblo,  lo convirtió, rápidamente en uno de los poetas más apreciados de su tiempo.  Siamanto se encontraba entre el grupo de líderes intelectuales que fueron asesinados poco antes del genocidio organizado de 1915.  



Templo pagano en Garni (Armenia)





Diosa armenia Anahit















PLEGARIA A ANAHID EN LA FIESTA DE NAVASART
 


Oh, Diosa, purgo mi consciencia de todas las religiones indolentes

Y orgulloso, en zapatillas purificadas camino hacia Ti,

Abre, oh Diosa, las puertas de mármol de tu templo.  Y permite que lastime

Mi frente ante tus puertas.

Abre, oh Diosa, el altar y devuélveme la fuerza bullente de mis

Ancestros arsácidas.  

Óyeme, madre dorada, hermana virtuosa y fecunda,

Dadora de abundancias, patrona de los armenios.

Óyeme esta mañana de la fiesta de Navasart

Cuando se regocija tu gente, y

Permite que me arrodille y ore ante tu ídolo.

Escúchame rosa milagrosa, diosa de pies dorados,

Novia blanca de luz nocturna, amante del sol

Desnudez con cuerpo de luz, vela de Arazmat,*

Permite que nuevamente arda el sol en tu altar.

De  pie, aquí, en las colinas de Pakrevant, yo creo en ti.

Yo, que por siglos le rendí  culto a Dios, vengo ahora armado

De una lanza.

Soy tu hijo y ante ti, un apóstol suplicante,

Que implora escuches mi lira de Haig, nacida

De la vieja tierra de Koght.

Vengo a ti en las vestiduras de un peregrino, portando

Ramas de bálsamo, verdes y una jarra de plata

Para ungir tus pechos con agua de rosas.

Mezcladas con el agua de rosas están las lágrimas

Que lloran tu destrucción.

Vengo a ti y los ciervos siguen mi sombra

Permite, oh Diosa, que de las montañas fluya otra vez la vida pagana,

Que los hijos altos del sol se vistan de brocado,

Inclinen sus arcos, planten sus lanzas,

Y en el umbral de tus altares claven

Sus espadas en las nucas de toros

Y que de los hombros de las jóvenes y fecundas novias

Armenias vuele otra vez hacia tu imagen

Una bandada blanca de palomas.

Permite, oh Diosa, que revivan y fluyan las fuentes de Vartavar

Y  las doncellas comiencen a danzar

Ofreciéndote sus cuerpos mágicos, oh, diosa de la castidad.

Oh, Diosa, después de veinte siglos, ha llegado la hora de la venganza,

Ahora, oh mi diosa Anahid, cuando arrojo los dos venenosos brazos


de mi cruz a los fuegos de tu Altar.  Y te celebro, oh madre
 
Dorada por quemar el hueso contaminado  de la costilla del Iluminador.
 
Oh, Diosa poderosa, belleza sin igual, te ruego,
 
Entrega tu cuerpo al sol para que te fecunde,
 
Y de tu útero diamantino des a luz un dios formidable
 
Para nosotros, los armenios.
 
Oh, Diosa, concédenos un dios invencible.

Siamanto  (1914)

Investidura de Narse por la diosa  Anahit
(300 d.C.) - Irán

Traducción del armenio al inglés:  Diana der Hovhanessian
Traducciión del inglés: Violeta Balián

jueves, 16 de febrero de 2012

EREVAN - EL LIBRO Y SU "CRITICA SITUACIÓN"


Este año, la organización UNESCO y otras asociaciones editoras a nivel global, le otorgaron a Erevan el título honorario de “Duodécima Capital Mundial del Libro  2012".  Y por este motivo, en los próximos dos meses, la capital armenia será la anfitriona de una serie de eventos relacionados con esta nominación.  Sin embargo, los libreros advierten que la situación del libro en la capital “es crítica”  porque las librerías van desapareciendo, año tras año lo cual indica que la demanda de libros disminuye en igual medida.      
Vahan Khachatryan, director de la Asociación Nacional de Editores de Armenia, explica que en la era soviética habían 60 librerías en Erevan;  hoy, sólo quedan 15.  “Contábamos con ocho importantes editoras pero su número se ha reducido a 2.  Y si bien en aquellos tiempos se publicaban 1100 libros por año con un tiraje de 2500 a 3000 ejemplares para cada libro, los índices actuales son dos veces más altos, pero con tirajes reducidos a un promedio de 500 a 1000, lo que significa que la demanda de libros ha disminuido."

En Armenia, las posturas cambiaron a partir del colapso de la Unión soviética.  En esos tiempos se consideraba "respetable" tener libros y una importante biblioteca personal.  Después del colapso, la crisis económica y las duras condiciones sociales en Armenia, mucha gente se vio forzada a quemar los libros de sus bibliotecas para calentar sus viviendas.  Otros, los vendieron a precios irrisorios.  Por consiguiente,  el número de librerías se redujo.   Y los residentes de la capital todavía recuerdan las grandes librerías  ubicadas en las calles centrales Abovyan y Moskovyan.  Con la partida soviética, estos locales se recilaron en comercios de marca internacional y un banco. 

Estos días, los clásicos armenios se pueden encontrar y comprar en Vernissage, un  popular mercado de pulgas al aire libre, en el mismo centro de Erevan, o en quioscos ubicados en diferentes puntos a lo largo del sistema de transporte subterráneo.   Por ejemplo, desde hace unos diez años, el quiosco ubicado bajo las calles Abovyan y Moskovyan se ha convertido en algo semejante a un depósito de libros donde se venden miles de ellos entre la humedad, el hedor del orín y los aromas de puestos de “kebabs”.

 “Nos consta que trabajamos en condiciones antihigiénicas.  No es más que la consecuencia que se puede esperar en una industria que sufre una crisis.  La demanda de libros no es alta, pero la gente tiene, al menos, alguna alternativa y si es necesario, vienen aquí” dice Harutyun Petrosyan, que desde hace ya siete años vende libros en su quiosco subterráneo.  “Los libros más populares”, añade, “tratan temas profesionales y literatura infantil”.

Tanto en Vernissage como en los quioscos subterráneos, los libros a la venta se queman por exposición al sol o se destruyen bajo la lluvia.  Aún así, atraen a aquellos clientes en busca de precios bajos.

El Mundo de los Libros, una de las librerías más antiguas de Erevan, en la avenida Mashtots, es, desde 1997 propiedad de la compañía Bookinist.  Sin embargo, la librería ha estado en existencia desde 1937.  Según su director, la organización sufre una crisis muy seria y en su opinión, la carga mayor para los vendedores y clientes la representa el impuesto sobre el valor agregado (VAT) que en Armenia es el 20 por ciento para todos los productos incluyendo libros.  En Europa y otros países en el mundo, es del  5%.  No cabe duda  entonces que, en Armenia, el negocio del libro pasa por momentos muy difíciles.  Una situación que se ha agravado gracias al desarrollo de la información tecnológica (IT)  que hace que la gente prefiera los aparatos electrónicos.  El libro no es reditable en Armenia, explica Khachick Vardanyan, director de Bookinist.

Hasmik Poghosyan, ministra de Cultura, hablando hace pocos meses sobre el tema de las librerías ya cerradas y a poco tiempo del Día del Libro, señaló que “se abrirán puntos de venta de libros en 50 diferentes y más populosas áreas de Erevan, pero esas áreas no se han diseñado para la exclusiva venta de libros sino para montar eventos programados para la celebración, el próximo 23 de abril del Día del Libro y Derechos de autor.  Contará con exposiciones, fotos, librerías móviles como también debates sobre la venta  y lectura de libros.  El objetivo es aumentar el interés del público hacia el libro y su lectura".

Fuente: Gohar Abrahamyan, para ArmeniaNow.com

Traducción del inglés:  Violeta Balián

martes, 14 de febrero de 2012

¡RECUPEREMOS A LA DIOSA ANAHIT!


Armen Ashotyan

Armen Ashotyan,  ministro de Ciencias y Educación de Armenia, se  ha puesto al frente de la iniciativa que propone recuperar los fragmentos de una estatua de la diosa pagana y armenia Anahit, alojados en el Reino Unido. 
Este movimiento de recuperación cultural es similar al que iniciaron países como Grecia y Egipto, éste último con éxito, y específicamente, con el Museo Británico. Nosotros podemos hacer lo mismo.





Diosa Anahit
Bronce, c.  siglo I a.C
En la mitología armenia (pre-Cristiana)  Anahit es la diosa de la belleza, la fecundidad, los nacimientos, la sanación, la sabiduría y las aguas.  En los tiempos más remotos fue también la diosa de la guerra.   En el siglo V a.C., ocupó el lugar de la deidad  más importante, junto a su padre Aramazd, el dios de los dioses.  Durante el mes de Navasard, se celebraban festivales en su honor convocando multitudes que participaban en danzas, música, recitales, competencias, etc.  Y Anahit fue venerada aún entre los primeros armenios cristianos.  Según Agathangelos, el historiador armenio, el mismo Tiridates III, primer rey cristiano armenio, se expresó con loas respecto de Anahit:  “gloria de nuestra nación, fuerza vivificante, madre de todas las castidades, hija del gran y valiente Aramazd”.

Los fragmentos de la estatua de bronce (cabeza y mano) son, en la actualidad, propiedad del Museo Británico (British Museum).   Según la información que presenta esta institución en su sitio oficial en la web,  los artefactos fueron descubiertos  en 1872,  por un campesino que cavaba la tierra en  Sadagh (en las altas tierras armenias).  Pero, de alguna manera, la cabeza llegó a Italia, vía Constantinopla (Estambul)  y al anticuario Alessandro Castellani, quien se la vendió al Museo Británico.  Lal mano, en cambio, le fue ofrecida al Museo unos años más tarde.

Tanto la cabeza como la mano de la estatua de Anahit son reliquias muy importantes para la historia de Armenia y su cultura.   Corresponde, por lo tanto,  que se las aprecie y valore en su tierra de origen, entre su gente.  Desafortunadamente, los tumultos y las deportaciones que sufrieron tanto la región de la Armenia histórica como su gente,  privaron a la nación armenia y en gran medida, de su patrimonio cultural.  No cabe duda que la presencia física de estos fragmentos en tierras armenias ofreceria  la oportunidad de visitar una antigua e importantísima parte de su historia en museos y galerías de su localidad, sin la necesidad de  viajar miles de kilómetros, a otro país, para poder hacerlo.  Tampoco se descuenta que el valor sentimental de la estatua de la diosa Anahit  es mucho mayor para los armenios que para cualquier otro visitante del museo en Londres.  La importancia de Anahit en la historia y cultura armenias no sólo se atestigua en los festivales aun vigentes en su honor sino también por la inclusión de su efigie en la moneda armenia moderna, en los sellos postales, libros, pintura, logos comerciales  y hasta en la usanza de Anahit como nombre  de pila y mucho más.

Billete de moneda armenia
 con efigie de Anahit


Fuente:   SIRANUYSH GEVORGYAN
ArmeniaNow reporter - traducción de Violeta Balián
PeopleofAr
Gevorg Mardirosyan (Los Angeles, CA)

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