Páginas

jueves, 29 de diciembre de 2011

CERÁMICA ARMENIA

Tazón pintado, 16 cm de diámetro
Siglo XVIII
Cutaia (Turquía oriental)

Hacia fines del siglo XIV, los armenios establecieron una comunidad urbana en Cutaia, situada en  Anatolia, a unos 200 km de Estambul.  La fábrica de cerámica de Cutaia se remonta al siglo XVI.  Sin embargo, las actividades de este centro alfarero se mantuvieron casi desconocidas hasta el siglo XVIII, época  de su apogeo.
Las cerámicas de Cutaia se caracterizan por una pasta silícea, sin engobe,  con un vidriado alcalino-plúmbeo representando una variada paleta cromática en la que predominan los amarillos y los verdes.  Si bien la técnica y la decoración se inspiran en la célebre cerámica otomana de Iznik, su originalidad reside en la utilización de la tonalidad amarilla y en la abundante producción de piezas con motivos extraídos de la iconografía cristiana.

En el fondo de este tazón de Cutaia se representan peces, símbolo del cristianismo primitivo, dispuestos en círculo alrededor de una rosa en forma de estrella.

Fuente:  Museo Caluste Gulbenkian (Portugal)

miércoles, 28 de diciembre de 2011

VALERIE BOYER ataca la interferencia de Turquía en los asuntos domésticos de Francia

Valerie Boyer
Parlamentaria francesa
El proyecto de ley que penaliza la negación del Genocidio Armenio se inició para beneficiar  a 600,000 armenios en Francia, quienes, al igual que las víctimas del Holocausto reclaman sus derechos a ser protegidos,  según el autor de esta legislación.
La parlamentaria francesa, Valerie Boyer, comentó  en Facebook que  la respuesta por parte de Turquía a la adopción de esta ley sugiere un falta de respeto por la soberanía de Francia como  también una interferencia en los asuntos domésticos de su país.

“Francia, como paladín de los derechos humanos, condena los métodos arcaicos que no honran a la oficialidad de Ankara” dijo Boyer.  Y le recordó al gobierno turco que ellos mismos habían adoptado una ley criminalizando el reconocimiento del Genocidio.
Como consecuencia, la señora  Boyer ha sufrido amenazas y su sitio web interferido por hackers turcos.

El 22 de diciembre de 2011, la Asamblea  Nacional Francesa aprobó la ley que criminaliza la negación pública del genocidio Armenio.   Si ésta pasa y la hace ley el  Senado, dicha ley impondrá una multa de 45,000 euros y un año en prisión a cualquiera, en Francia que niegue que este crimen contra la humanidad fuera cometido por el Imperio Otomano.   Como represalia y después de la votación, Ankara  retiró a su embajador de Francia. 

Traducción: Violeta Balián 
Fuente:  http://www.panarmenian.net/eng/news/87793/

martes, 27 de diciembre de 2011

ZOULVISIA y la Montaña Encantada

Una leyenda armenia....

Fréderic Macler (1869-1938) fue un autor y orientalista francés que se destacó por su dominio de las lenguas armenia, asiria y hebrea.  Con otros intelectuales orientalistas fundó la prestigiosa Sociedad de Estudios Armenios.  Entre sus trabajos más importantes se encuentra CONTES ARMENIENS (Cuentos Armenios) de los que forma parte la Leyenda de Zoulvisia.

Sinopsis de la leyenda de Zoulvisia

En el medio de un desierto, en algún lugar del Asia Central, una hermosa montaña dio a luz miles de árboles y cascadas que formaron un paraíso terrenal.  Y con el tiempo, las leyendas del lugar advertieron que quien se apartase del camino para llegar a la montaña encantada, no retornaría jamás.

Un rey, sabiamente,  aconsejó a sus siete hijos a que desistieran de semejante empresa.  Pero tan pronto murió el viejo rey, su hijo mayor emprendió un viaje a la montaña para nunca regresar.  Uno tras otro, los hermanos fueron a buscarlo pero desaparecieron hasta que no quedó nadie más que el hijo menor, ahora rey.  Sin embargo, el deseo de conquistar el lugar mágico fue más fuerte que él.  Un día, por fin, el joven rey hizo el viaje y durante el camino, en pos de un ciervo que no pudo cazar, se alejó de su grupo.  Cuando regresó a su campamento se encontró con todos sus hombres muertos o envenenados. 

Encuentro entre Zoulvisia y el joven rey.

El joven rey, temiendo por su vida, se escondió en la copa de un árbol.  Desde lo alto observó que se acercaba un mancebo y que éste ordenaba a sus sirvientes  que se encargaran de los muertos y arrearan los caballos.  El mancebo también notó que sobraba un caballo al número de muertos y preguntó en voz alta quién era el dueño de ese caballo.  El joven rey se bajó del árbol,  reclamó su caballo  y retó al mancebo a un duelo para vengar a sus hombres caídos sospechando que éste era el culpable de la muerte de sus sirvientes y la desaparición de sus hermanos.
El mancebo aceptó el desafío, montó su caballo y  le pidió que lo siguiera a él,  Zoulvisia.  Pero el joven rey se dio cuenta que Zoulvisia era, en realidad, una mujer.  Partió inmediatamente tras ella en busca del lugar donde vivía.  En el camino encontró tres cabañas y en cada una de ellas moraba un hada con su hijo.  Éstos le urgieron y le aconsejaron no buscar a Zoulvisia.  A cambio, el joven rey les dio un espejo, un par de tijeras y una navaja, y les encomendó que si en algún momento los objetos mostraban signos de sangre, significaría que él se encontraba en peligro y ellos debían socorrerle.

Al llegar al palacio de Zoulvisia,  el joven rey  dio con un viejo atrapado en una fosa, fuera de las murallas.  Zoulvisia lo tenía prisionero en ese lugar, explicó el hombre, y también le dijo que al amanecer,  Zoulvisia  observaba  cuidadosamente los rincones de todas sus tierras.  Si él se escondía en cierta cueva y se protegía con un palo, sobreviviría y saldría de ella en el momento que oyera el tercer grito de Zoulvisia, es decir, la señal de que su poder y el hechizo se habían quebrantado.   Así lo hizo el joven rey y Zoulvisia admitió su derrota.  Se convirtió en su esposa, liberó al viejo,  y a su marido le obsequió su mágico y fogoso caballo.   

Un día, cuando el joven rey cazaba recibió un cofre con perlas con una mecha del cabello de Zoulvisia.  A la caza de un venado se fue alejando del lugar, y en su camino perdió el cofre sin darse cuenta.  Un aguatero lo encontró en un arroyo y se lo llevó al malvado rey del lugar.   Impresionado con tanta riqueza y la belleza del cabello dorado que contenía el cofre, el malvado rey le exigió a su chambelán que averiguara los secretos del mismo,  o le cortaría la cabeza.  Aterrorizado, el chambelán buscó quien pudiera  ayudarlo.  Una vieja bruja le informó que pertenecían a una hermosa mujer que se llamaba Zoulvisia.  Entonces el chambelán le prometió a la vieja que si lo llevaba hasta donde vivía Zoulvisia, le daría muchas monedas de oro.  La vieja salió en camino y llegó en una balsa hasta donde se encontraba el joven rey preparándose para regresar a su esposa después de un día de caza.  Muy galante y porque le dio lástima, el rey se ofreció ayudar a la vieja bruja pero el caballo percibió la maldad de la vieja, y  no le permitio que lo montase.  Ella entonces explicó que tenía miedo de caerse, razón por la cual prefería caminar.  Una vez en el palacio, la bruja se congració con los sirvientes de Zoulvisia hasta que finalmente, la joven reina confió también en ella.  La bruja consiguió persuadir a Zoulvisia que su marido guardaba secretos, entre ellos, el secreto de su fuerza, y que él no la amaría a menos que ella compartierasu secreto con otros.   Zoulvisia se lo creyó y le rogó a su esposo que le revelara el secreto para estar segura que él la amaba.  Y él le confesó que su fuerza era el poder del  sable del que nunca se separaba.  Entonces, para probar que su marido realmente la amaba, Zoulvisia  corrió a revelarle el secreto a la bruja, exactamente como la malvada mujer lo había planeado.   La bruja se robó el sable, abatió al rey echándole serpientes venenosas y secuestró a Zoulvisia para vender a la hermosa y joven reina al rey malvado.
La bruja secuestra a Zoulvisia
Los hijos de las hadas notaron que algo le había sucedido al joven rey y partieron hacia su palacio.  No pudieron encontrar el sable.  Continuaron camino.  Cuando hicieron un alto al lado del río para merendar,  vieron a un enorme pez que se retorcía en el agua porque se había tragado el sable.  Se lo llevaron inmediatamente al joven rey quien al instante se recuperó, montó el fogoso caballo que le había regalado Zoulvisia y llegó al lugar donde el rey malvado desposaría a  Zoulvisia.  La joven se le resistía, deseosa de escaparse y volver a su amado esposo.  Entonces el joven rey le dio su anillo a una pordiosera para que se lo entregara a Zoulvisia.  Y ella a su vez, le pidió a la mujer que le dijera al rey malvado que Zoulvisia había recapacitado y se casaría con él.  Y que también se encargara de avisarle al hombre que le había dado el anillo que en tres días la esperara en el jardín.
Aliviado con las nuevas que envió Zoulvisia, el malvado rey aflojó la vigilancia y la joven reina pudo ir a los jardines el mismo día que debía casarse pero sin los guardias del rey.  Y allí mismo, con destellos de fuego y golpes de trueno irrumpió el joven rey cabalgando el poderoso caballo de Zoulvisia para rescatar a su reina.  Regresaron a su palacio al lado del río y vivieron por siempre felices.

sábado, 24 de diciembre de 2011

POEMA de Juan Nahabedian

 

 

Mi hermana Navidad

 
 
Maravillándome.
Las camas arregladas
Las flores en la cocina, el café humeante.
Un niño, Sergio, que, aprendiendo a caminar,
torpe se bambolea sin llegar a caer
Y Navidad que se aproxima, mi hermana Navidad…
Mi hermana Navidad, sin olvidar los pies,
Me cubrirá con un manto
Me protegerá en un brindis
Me alentará a tratar de ser mejor
Me hará ver que mis sueños no son tan malos,
Que nunca los perderé.
Me dirá en su primer segundo de vida;
Toma de mi espíritu que me siento sola
Trescientos sesenta y cuatro días
En los que nadie me reclama,
No me abandones.

Y se abrazará a mí por veinticuatro horas
Porque al sonar la última campanada del veinticinco,
A pesar del ruego, la dejaré ir. ¡Y me duele!
Porque tendré que esperar un año
Para tenerla de nuevo en mis brazos y pedirle perdón.
Mi hermana navidad me cubrirá con un manto
Sabiendo que la dejaré ir, que no sabré retenerla.
Esta nochebuena la tristeza será mía
Porque sé que aún falta para llamarme un hombre.

Buenos Aires, 23 de diciembre de 2011

martes, 20 de diciembre de 2011

ORHAN PAMUK - Reconocimiento

Premio Nobel de literatura 2006,
 de visita esta semana por Buenos Aires. 


Orhan Pamuk (Turquía-1952)

Hace seis años, el escritor turco Orhan Pamuk hizo importantes declaraciones al mundo entero cuestionando la muerte de más de un millón de armenios en Turquía durante la Primera Guerra Mundial y la negación histórica por parte de su país.  Como era de esperar, sus valientes y desafiantes palabras  le valieron significativas represalias por parte de las autoridades turcas.  Como consecuencia, el caso Pamuk causó un revuelo internacional que puso en el punto de mira el disputado respeto de Turquía a los derechos humanos.

Orhan Pamuk, paladín de los armenios, ocupa hoy un distinguido lugar entre el pequeño, exclusivo grupo de intelectuales turcos que responsabilizan la política oficial de su país frente a los hechos históricos del genocidio armenio: el historiador y sociólogo, Dr. Taner Akcam y la escritora Elif Shafak.

lunes, 19 de diciembre de 2011

LA TIARA ARMENIA

Figura real armenia con tiara

El “gorro real” que  pasó a ser corona o símbolo de autoridad política, originó en una diadema que usaban los reyes y emperadores del Medio Oriente y que se colocaba hasta casi cubrir las cejas.  El primer emperador occidental en adoptar su uso fue  Constantino I (272-337 d.C.)  al convertirse al cristianismo y establecer su nueva capital imperial en Bizancio (Constantinopla).   A partir de Constantino la usaron todos los emperadores que le sucedieron durante el período histórico denominado Bajo Imperio Romano.  Y con el tiempo, la tiara también evolucionó en una diversidad de coronas que usaron los futuros monarcas europeos.

 
Si bien este singular tocado ya lo usaban los reyes armenios de la antigüedad, en su calidad de practicantes del culto a Mitra, dios de la luz, y el mitraísmo se convirtiera en  la religión de la nación armenia miles de años antes del reinado de Constantino, la icónica “tiara armenia” se destaca como predecesora de la corona que hoy conocemos como tiara o triple tiara que se instituyó en el símbolo de autoridad papal.
Moneda de plata conmemorando al famoso rey armenio
 de la dinastía Artáxida, Tigranes el Grande cuyo reinado se
extendió de 95-55 a.C.

Las representaciones de la tiara armenia sobreviven en murales antiguos, obras de arte y monedas.  En esta última instancia y en ocasión de la conquista romana de la región durante el reinado de Augusto, se acuñaron monedas conmemorativas que ilustraban tanto la tiara armenia como la flecha y el arco, otro importante símbolo de Armenia, famosa en la antigüedad por la destreza de sus arqueros.  A través del dramaturgo romano, Titus Maccius Plautus (c. 254-184 a.C.), nos llega la descripción  contemporánea de la tiara armenia: “un tocado con una corona bien alta que cubría hasta las orejas y la usaban los reyes armenios, partos y persas.”




Moneda de plata con la efigie de Augustus (c. 19-18 a.C) celebrando la victoria romana sobre Armenia.
A la derecha "ARMENIA CAPTA" con la tiara armenia, flechas y carcaj.


Cabeza de piedra con tiara armenia (c. siglo primero d.C.) de Dvin, Museo Sardarapat
Foto:  Dickran Kouymjian


Nota: las ilustraciones y una buena parte del contenido de esta nota son cortesía del equipo de PeopleofAr.
Traducción del inglés: Violeta Balián

viernes, 16 de diciembre de 2011

DOS POEMAS de Rafael Bagdanian (1830-1892)

El poeta armenio nació en Nor Nakhichevan y se educó en la escuela de su padre antes de continuar estudios en Moscú y Alemania.  En Moscú formó un grupo literario con algunos amigos armenios cuyas iniciales dieron lugar al nombre de su club, Kamar Katiba.  A su vez, Bagdanian usó ese nombre para firmar sus trabajos que incluían poesía, novela, cuentos cortos, libros de texto y traducciones de los escritores rusos Pushkin y Lermontov.    En su época fue una prominente figura nacional tanto por su fervor patriótico como por sus poemas en el dialecto armenio oriental.



Sultán Abdul Hamid II

ALABADO SEAS SULTAN

Nunca te olvidaremos, gran sultán.
Te ganaste fama eterna

por llenar cada espacio en blanco del calendario

Con el nombre de un nuevo mártir…



LA DANZA DE LA DONCELLA ARMENIA


Cuando se levanta y comienza a bailar

La luna sale en vano

Cuando sus mejillas enrojecen

Se quejan los damascos.

Comienza la lezginka[1], ella se desliza,
Y todos los jóvenes suspiran.

En tanto los viejos maldicen su destino

Para ellos, los buenos años han pasado…



[1] Danza tradicional del Cáucaso



Fuente:  Hovanessian Der, D., Margossian, M.  Anthology of Armenian Poetry
Columbia University Press, New York, 1978

Traducción libre del inglés:  Violeta Balián (2011)

lunes, 12 de diciembre de 2011

ARDA de ARMENIA, Reina de Jerusalén



Arda de Armenia, hija de Torós (o Tatoul) señor de Marash, fue la segunda mujer de Balduino de Boulogne y Bouillon, un noble y cruzado de origen francés devenido Conde  de Edessa (Urfa), y la primera reina consorte del reino medieval de Jerusalén.  Godofredo de Bouillon, hermano de Balduíno y el primer rey había muerto sin haberse casado y sin tener descendencia.
Balduíno de Bouillon
Rey de Jerusalén

Si bien las fuentes contemporáneas no registran su nombre y se ignoran las fechas de su nacimiento y muerte, a partir del siglo XVII se ha reconocido a esta figura histórica como Arda de Armenia.  En 1097 se casó con Balduíno después del deceso de su primera mujer, Godehilde, quien había acompañado a su marido en la Primera Cruzada y financiado la aventura hasta llegar a la meta codiciada por muchos príncipes europeos, la Cilicia Armenia. 

El  matrimonio de Balduíno y Arda obedeció las conveniencias políticas del momento.  Balduíno, convertido en el primer Conde de Edessa - de modo fraudulento, vale decir - un estado que surgió del saqueo de ese territorio armenio en la Mesopotamia, formó una alianza con Torós, el padre de Arda quien a su vez ofreció una dote conciliatoria de 60,000 bezants.

Balduíno sucedió a su hermano Godofredo como rey de Jerusalén.   Arda no lo acompañó al sur de inmediato sino que lo hizo por vía marítima desde Alexandretta, llegando a destino probablemente en 1101.  En su nueva posición como poderoso y flamante rey, y alegando infidelidades sexuales por parte de ella, Balduíno exigió la anulación de su matrimonio con la princesa armenia.  Según Guibert de Nogent, la acusación se basaba en algunos relatos que atestiguaban que durante su viaje a la Tierra Santa, Arda había sido violada por piratas musulmanes.  Sin embargo, el verdadero estado de cosas  apunta a que Torós dejó de pagar la dote de Arda y la princesa no produjo herederos.  Y  en Jerusalén, la utilidad política de una esposa armenia era menor que en Cilicia.   Al mismo tiempo provoca interés el hecho que Fulquerio de Chartres,  el cronista más allegado a Balduíno no menciona el episodio en absoluto, razón por la cual podría asumirse que Balduíno carecía de razones legítimas para anular la unión.  Aún así consiguió forzar a la Reina Arda a entrar al monasterio de Santa Ana. Tiempo después, Arda recobró su libertad y se marchó a Constantinopla, donde se había refugiado su padre al perder las tierras que le fueron confiscadas por su yerno, Balduíno, Conde de Edessa, y Rey de Jerusalén. 


Captura de Jerusalén - Primera Cruzada
En 1112, Balduíno, todavía legalmente casado con Arda quiso desposar a Adelaida del Vasto, viuda de Rogelio I de Sicilia y Regente de Rogelio II.  Sin detenerse a oír consejos, Balduíno adelantó los planes y como consecuencia, Roma depuso al Patriarca Arnulfo de Chocques por haber apoyado e instigado esa unión.  Pero no fue hasta 1116  que el Papa Pascal II lo restauró a su posición con la expresa condición que Balduíno anulara su tercer matrimonio.  Al Rey de Jerusalén le quedó una única opción: obedecer las órdenes papales y procurar que Arda regrese a Jerusalén para reasumir su posición.  Pero Arda nunca regresó y tras varias campañas en Egipto, Balduíno murió en 1118.
Jerusalén


sábado, 3 de diciembre de 2011

UN SALUDO A DAVID NALBANDIAN

Por mantener vivas las esperanzas argentinas por un triunfo en la final de la Copa Davis, en Sevilla.

¡Mucha suerte el domingo!

La euforia de David Nalbandian al vencer el juego de dobles
Sábado 3 de diciembre de 2011 en Sevilla, España

jueves, 1 de diciembre de 2011

EL PEZ DE LA CABEZA DE ORO - leyenda armenia



En cierto país, enceguecía un rey.  Por fortuna, pasaba por ese reino un viajero solitario quien le prometió que se curaría de su ceguera siempre y cuando, y dentro de los próximos cien días le trajeran un pez de la cabeza de oro, de los que se encuentran en el Gran Mar.  Entonces, él mismo, con la sangre del pez, prepararía un ungüento que le devolvería la vista de inmediato.  También Indicó que al cumplirse los cien días, continuaría su viaje.
El hijo del rey, que tenía la buena intención de conseguir ese milagroso pez para curar a su padre, se marchó con un grupo de hombres al Gran Mar.  Cuando por fin pescó un pez de la cabeza de oro, ya era muy tarde para llevárselo a su padre.  Y aunque el príncipe deseara regresar a la ciudad y contarle de su hazaña y aventuras a su padre,  no lo hizo porque sabía que los médicos reales intentarían de cualquier modo preparar el ungüento del que había hablado el viajero, y al hacerlo, el pez moriría inúltimente. 
Sin embargo el rey, no creyendo en las buenas intenciones de su hijo, dio orden de que lo ejecutaran.   Los sirvientes leales al príncipe le aconsejaron a su madre, la reina, que vistiera a su hijo en harapos, le diera unas monedas de oro y lo dejara partir a una isla distante.  Y le advirtieron, además, que no tomara para su servicio a ninguna persona que le exigiera su paga una vez por mes. 

Al llegar a la isla, el príncipe compró una casa y rechazó uno tras otro a los sirvientes que buscaban trabajo, especialmente a aquellos que pretendían que su paga fuera de mes a mes.  Hasta que dio con un árabe que le propuso que le pagara una vez por año. 

Poco tiempo después, el príncipe y el árabe se enteraron de que la mitad de la isla era  tierra yerma, sin vegetación, devastada por un monstruo que residía en una cueva rocosa.  Y quien procurase matar a la bestia, se dormiría al instante.  El árabe le preguntó al gobernador  cuánto le daría por matar al monstruo; éste le ofreció la mitad de sus tierras y también a su hija.  Pero el árabe le reclamó solamente la mitad de sus ganancias futuras.  El gobernador estuvo de acuerdo.  El árabe mató al monstruo y le sugirió al príncipe que se apuntara el tanto.  Agradecido por la hazaña, el gobernador le entregó al príncipe un barco al que secretamente había llenado de joyas.

Juntos, el príncipe y el árabe navegaron por mares inmensos hasta llegar a un lejano país.  Esta vez, el árabe instó al príncipe a que pidiera la mano de la hija del rey de ese lugar.  El rey escuchó su pedido, pero apenado, le informó que la princesa ya se había casado ciento noventa veces, y que cada uno de sus maridos había muerto en menos de doce horas después de la boda.   No importa, dijo el árabe.  El príncipe debe casarse con ella. 

Tan pronto el príncipe y la princesa se casaron, los sepultureros comenzaron a cavar una fosa.   Y cuando horas más tarde una pequeña serpiente reptó  hasta  la cámara nupcial, el árabe, vigilante, la vio y la mató.  A partir de ese momento, la princesa vivió muy feliz con su nuevo marido hasta que un día llegaron a oídos del príncipe importantes noticias de su pais.  Su padre había muerto.  Y él era ahora el nuevo rey.  Al día siguiente, el árabe le explicó a su amo que a él también lo habían llamado a su país razón por la que debía marcharse de inmediato y dejarlo solo.  Entonces el nuevo rey quiso recompensar al árabe por los servicios prestados y por salvarle la vida, pero éste lo rechazó todo y le reveló que en verdad,  él era el Pez de la Cabeza de Oro.





miércoles, 30 de noviembre de 2011

ARALEZ - El dios-perro alado de la mitología armenia


Aralez
pintura del artista armenio Arutynyan Gegam





El mítico perro-alado Aralez, dios de la sanación y protector de los guerreros representa una de las deidades más antiguas del panteón armenio (5,000-2,000 a.C.)  Con sus poderosos lamidos  sana a los caídos en batalla y resucita a los muertos.  Cuenta la leyenda que el héroe armenio Ará, el Hermoso, prefirió morir en batalla antes que aceptar los avances amorosos de Shamiram (en asirio, la famosa reina Semíramis).  Ésta, desesperada de dolor y temerosa de la ira del pueblo armenio, convocó la presencia de Aralez y le imploró que reviviera a Ará.     


Los "Aralez" de nuestros días...











Perro Pastor Gampr (Armenia)



DIANA DER-HOVANESSIAN: Poeta Armenia




MOVIENDO AL SOL
(Shifting the Sun) 

           

Cuando tu padre muere, dicen los irlandeses,
Pierdes el paraguas que te protege del mal tiempo,
Que su sol sea tu luz, dicen los armenios.

 Cuando tu padre muere, dicen los galeses
Te entierras un pie más adentro en la tierra
Que heredes su luz, dicen los armenios

Cuando tu padre muere, dicen los canadienses
Se te acaban las excusas.

Que heredes su sol, dicen los armenios

 Cuando tu padre muere, dicen los hindúes,
El regresa como los truenos

Que heredes su luz, dicen los armenios

Cuando tu padre muere, dicen los rusos,
Se lleva tu infancia con él.

Que heredes su luz, dicen los armenios

Cuando tu padre muere, dicen los británicos
Te asocias a su club al que juraste nunca entrar

Que heredes su sol,  dicen los armenios.

Cuando tu padre muere, dicen los armenios
Tu sol se mueve para siempre.

Y tú caminas en su luz.

Diana Der-Hovanessian ©2008

Traducción libre del inglés:  Violeta Balián


Diana Der-Hovanessian
Diana Der-Hovanessian, poeta estadounidense de origen armenio, nacida en New England.  Ameritada en dos instancias Profesor Fullbright de Poesía Americana, es la autora de más de 25 libros de poemas y traducciones.  A lo largo de su distinguida carrera ha recibido importantes reconocimientos, entre ellos:  el National Endowment for the Arts, Poetry Society of American, PEN/Columbia Translation Center, National Writers Union, Armenian Writers Union American Scholar y Ministerio de Cultura Armenia.  Publicó sus poemas en Agni, American Poetry Review, Revista Ararat, CSM, Poetry, Partisan, Prairie Schooner, Nation, etc., y en antologías como Against Forgetting, Women on War, On Prejudice, Finding Home, Leading Contemporary Poets, Orpheus and Company, Identity Lessons, Voices of Conscience and Two Worlds Walking.   Cuenta también con importantes trabajos en dramaturgia que relatan la historia armenia con poesía y música: The Secret of Survival y Growing Up Armenian.  En la actualidad se desempeña como poeta invitada y también como docente en cátedras de Poesía Americana, Poesía Armenia en traducción como también la literatura de los derechos humanos en varias universidades de los Estados Unidos y el extranjero.

INDRA (Diran Chrakian): poeta armenio





INDRA (Diran Chrakian) nació en Constantinopla en 1875 y murió en 1921.  Inició su educación en el Colegio Berberian de su ciudad natal y continuó en el Colegio de Artes.  En los años que siguieron se desempeñó como docente, escribió artículos, notas y realizó trabajos de investigación literaria.  Sus primeros libros “El Mundo Interno” (1906) y “Nojastan” (1912) los firmó con el seudónimo Indra, o sea Dirán enrevesado.  Eventualmente volvió a usar su nombre verdadero.
Poco después del genocidio armenio (1915) Indra perdió la razón y ambuló como un pordiosero  por las provincias predicando amor y unidad.  En 1921, forzado al exilio por las autoridades turcas fue torturado en el camino y asesinado.


La labor poética  de Chrakian se destaca por los poemas  “Ven a mí, gato mío”, “La  Dama”, “La tristeza de la tarde”,  “La felicidad que trae la Muerte” y “Sueño”.
Diana Der Hovhanessian, poeta y traductora estadounidense se refiere a Chrakian como a un místico cuyo lenguaje es exquisito y particularmente  difícil de traducir.



De regreso al hogar después de una larga ausencia



En mi antigua habitación próxima a la arboleda de cipreses
Se amontona la oscuridad  y  empuja a la luz

Mientras las sombras, sigilosas invaden mis paredes

Y  elevan murmullos intraducibles.
Yo veo otro lugar, anterior

Donde  el padre llama a voces al niño perdido

Y el niño escoge un escondite
Para venerar sus entusiasmos en soledad.


De regreso a mi hogar llevo puestas
Las sombras siemprevivas, imbuidas

Del incienso de la exultación compartida.

Traducción del armenio al inglés: Diana Der Hovhanessian
Traducción libre del inglés: Violeta Balián